¡¡¡Hola de nuevo!!! Vamos con nuestra primera crónica, ya que varios
componentes del CD Titan Zone estuvieron el pasado fin de semana de senderismo,
ruta perfecta para empezar a coger algo de fondo y seguir reforzando el
contacto con el medio natural.
En total sumamos 26km de marcha, visitando las localidades malagueñas de Manilva y Casares. Empezamos a la altura de la playa,
concretamente en Sabinillas, tomándonos el café de rigor antes de salir: eran
las 9 de la mañana y ya se auguraba un día caluroso, puesto que el sol ya
empezaba a picar bastante.
Comenzamos la ruta caminando paralelo al río Manilva, por la
carretera que nos llevaba a los baños de la hedionda. Al poco tiempo, pudimos
tomar un carril de grava paralelo a dicha carretera, en el que gracias a los
cañaverales, suavizaba un poco la temperatura. Más adelante, llegamos al
primer desvío de la ruta: ya en los
baños de la hedionda comenzamos a subir por un carril tras pasar una angarilla
que estaba totalmente abierta. Ese camino terminaba en un cortijo, a partir del
cual debíamos bajar al mismo río que discurría pegado a la pared del cortijo,
camino que si no se conoce es un poco difícil de encontrar. A partir de ahí
comenzamos a marchar por un tramo bastante entretenido, en el que había que
vadear el río en bastantes ocasiones, y en otras cuantas mojarte los pies, lo
cual resultaba agradable. Este tramo es dificultoso técnicamente, pero
prácticamente llano. El único problema, quizás, es que faltan indicaciones.
Llegamos a un punto en el que las rallas blancas y amarillas
nos mandaban ladera arriba por una vereda, que en algunos puntos llegaba a ser
bastante empinada. Pasado esto y teniendo que cruzar de nuevo el río tras
llegar a un cruce de tres caminos en el que es bastante fácil perderse, cogimos
otro camino que transcurría en su mayor parte por medio de cortijos privados.
Un rato después, a medida que nos acercábamos a Casares, el
aumento de desnivel empezaba a notarse
en las piernas, pero nada insoportable ya que llevábamos un ritmo bastante
asequible. Ya en la plaza del pueblo, nos avituallamos un poco en su fuente y
nos deleitamos con la alegría y belleza de este pueblo típico andaluz, para
rápidamente emprender la marcha de vuelta.
El camino a la vuelta fue prácticamente el mismo: la única
variación fue al llegar al cortijo en el que descendimos al río a la ida,
puesto que en ese punto en vez de subir por el camino continuamos por la senda
fluvial que en ese tramo estaba totalmente seca.
Al llegar a los baños de la hedionda, como no puede ser de
otra manera, nos dimos un refrescón en las termas romanas, que redondeó esta
hermosa mañana, antes de emprender el camino de vuelta hacia Sabinillas
carretera abajo, llegando aproximadamente a las 4 de la tarde.
Un saludo y ¡hasta pronto! ;-)
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